
A veces me imagino recorriendo
los verdes pantalanes,
a veces me caigo en las gélidas aguas del olvido,
a veces miro al firmamento nocturno, y te invoco
en esa estrella que creo tú mirar divino,
a veces te deseo en secreto callado y,
a veces pienso que ya no existo, tan sólo a veces.
A veces pienso sí me pensaras, y resuelvo el vilo,
tan lejos estás, y tan cerca que no te olvido,
a veces me olvido de tú nombre, e intento
hallarte con otros rostros, para conseguir,
¡al fin…!, feliz castigo, mas…
no lo consigo nunca, nunca, nunca.
A veces eres la espiga que el viento mece,
y a veces el verso que cae al alma,
como lluvia arrasadora y devastadora,
tan sólo a veces te transformas en lagrimas
ardientes en mis ojos durmientes,
si, a veces… tan sólo a veces.
A veces gaviotas errantes se hallan
en ignotas sentinas,
como marolas rotas por la ira,
a veces eres sustento, y también hambre
del paseante sin nuevos caminos.
A veces quiero seguir esperándote,
y a veces me puede la melancolía;
hay heridas que no consigue cicatrizar
ni el eterno tiempo, vacío sin ti.
A veces creo que ni la fragua más ardiente,
puede competir contra mi deseo, tan sólo
a veces, ahora… tan sólo me queda esa
canción que en aquel día canturreamos
al unísono, ¿recuerdas?
Y esos verdes pantalanes que me permiten
salvar el océano que se entromete y se
obstina en separarnos.
Si, a veces te seguiré amando.